martes, 19 de marzo de 2013

Un edificio gris - Hassan Ahmar

Un edificio gris, achaparrado, de sólo treinta y cuatro plantas, milagrosamente albergado en el interior de su cráneo. Arquitectura de extraordinario potencial, infinita acumuladora de información. Contradiciendo leyes de la física y del sentido común; un espacio limitado capaz de almacenar datos ilimitadamente. Capaz, también, de accionar y dirigir, desde las plantas tres a la cuatro, máquinas biológicas humanas. Capaz de todo, de conceptuar el universo entero, incluso lo desconocido. En un segundo, desde este edificio, es posible acceder a la nebulosa de Andrómeda, navegar bajo las faldas de Gissele Bundchen, pasar a todo el Congreso de los Diputados por el garrotevil, fundirse en un OM sagrado, generar saliva unas calles más abajo pensando en una BIG MAC, llenar de alamedas el Sahara… y esta lista sería también infinita a pesar de que el tiempo, en su dimensión cuantificable también sería finito, como el espacio que alberga este edificio gris, achaparrado, de tan sólo treinta y cuatro plantas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario