Morir o vivir, esa es la cuestión.
Ninguna de ellas me parece importante.
Quizás éste es el momento justo. Cuando morir
es irrelevante.
La mayoría de gente vive en la falsa ilusión
de ser feliz. Algunos ni eso. Pero ni de lejos osan acercarse al abismo de la
muerte.
Sé que no existe una única interpretación de
la realidad, más el reconocimiento de mi incapacidad por elegir de entre todas
ellas alguna afortunada, me arrastra al hastío.
La creencia profunda de que a lo peor, mañana
no será mejor, sino lo mismo, me llena de miedo a tener que seguir habitando mi
cabeza.
Nunca he intentado acercarme a la pertenencia
a un grupo si no al de mí mismo y el estado de felicidad me aterra ¿Puedo
culparme a mí mismo por eso?
No quiero pensar más, sobretodo no pensar más*
No hay comentarios:
Publicar un comentario