viernes, 25 de enero de 2013

Miedo - Pau

Dice la radio que la policía busca a ese asesino fugado, dicen que se esconde por los montes de Santa Inés, y que  han organizado una gran batida para capturarlo.
Yo nunca he sido miedosa, pese a vivir sola; siempre he sido de las que deja abiertas las puertas de casa todo el día.
A partir de mañana creo que voy a empezar a dejar la casa cerrada, cada vez están peor las cosas y no paran de oirse historias de robos en casas aisladas, y ahora el asesino.
Sólo quiero llegar a casa, una ducha calentita y reponerme de la intensa guardia de urgencias del hospital. Me gusta llegar a casa, bajar del coche y escuchar este silencio del bosque, o más bien, esta conversación de árboles y viento.
Atrancar los postigos de la casa es para mí como izar la puerta levadiza del castillo. Estoy a salvo. Segura.
¡Qué bueno este porrito después de la ducha! De aquí a un ratito me voy a dar un homenaje con unos filetitos de solomillo de ternera, así, vuelta y vuelta, que hoy me he portado bien.
Esta noche hacen "House", pero no sé si acabaré de verla, porque estoy muy cansada.
Es raro que no haya venido "Nobu", tengo para él una latita de atún. ¿Un coche, a estas horas? La Guardia Civil. No he visto nada raro, he llegado hace una hora de trabajar. Les llamo si me entero de algo, buenas noches.
¡Ummm!, era guapito el picoleto, me lo iba a pasar bien con él esta noche. ¡Que ricos los filetitos! Pero he cenado mucho otra vez. Ya me he perdido un par de escenas de "House", me voy a dormir.
Pronto tendré que retirar el edredón, ya tengo que dormir con los brazos al aire.
Estoy algo inquieta, me cuesta dormirme. Algo me preocupa. Se enciende una alarma dentro de mí. ¿Qué pasa? Es un olor. Todos los pelos del cuerpo se me erizan. Me vuelvo pálida. ¡Huele a sudor de hombre!        

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