viernes, 25 de enero de 2013

Encuentro - Pau

He pasado las navidades en casa de mi madre. Esos días son el epicentro del terremoto que supuso la separación de Sonia. No nos hemos visto en esa larga y triste semana de villancicos y espumillones en la ciudad navideña.
Comiendo en casa con la familia, poco antes de partir hacia Denia, me llama Sonia. En su voz hay mucho sufrimiento y desesperación. Llanto.
Paso a verla apenas un momento. Me hace daño, todavía, recordar su rostro demacrado y su inacabable dolor.
Conduciendo hacia Denia con Juan Modesto, mi Ford Ka, no daban a basto los limpiaparabrisas de mis ojos.
El barco nocturno de Iscomar va semi-desierto. Monto mi campamento en una mesa del salón. Llevo música, y mi disc-man, me traslada a la mina del alma, pero es demasiado doloroso y tengo que dejar esas canciones. 
Escribo una frase en mi cuaderno: "Ojalá se hundiera este buque en medio del mar".
Voy a la barra a pedir algo para beber. En todo el salón apenas hay cuatro personas, entre ellas un larguirucho leyendo un libro de tapas doradas que delatan a un lector de poesía (Tusquets editores).
Puedo hacer dos cosas: volver a mi campamento y torrarme a fuego lento en mi tristeza, o cambiar a un perfecto desconocido por un alma gemela.
Me decido por la opción más sensata. "¿Estás leyendo poesía?", le pregunto. Tras un intercambio de frases complices y cordiales, le invito a una cerveza.
Fuimos dos naufragos que se encuentran en una isla desierta. Hablamos y hablamos de todo: poesía, pasado, presente, futuro, amor, amistad, política, fútbol. No recuerdo quién propuso jugar al ajedrez, ni quién ganó la primera partida de las dos que jugamos. Sé que empaté con el que va a ser campeón o subcampeón de Ibiza.
Cayeron las horas. Nuestro encuentro sólo lo pudo interrumpir la megafonía del barco: "El propietario del Ford Ka matrícula IB2695Cl, baje a retirar el vehículo".
Recuerdo que le dije claramente al despedirnos: "Guille, yo quiero ser amigo tuyo. Nos llamaremos".
Lamentablemente, no le llamé y no sé qué habrá sido de él. Quede aquí constancia de ese encuentro.        

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