Piensa que el sol
nos vuelve a confirmar todos los días y lo menor no es más pequeño que lo
grande, solo requiere tu atención. Es preciso atender al milagro diario.
Le dije a Teo
arrodillado en el suelo, para poder mirar sus redondos he ingenuos ojos nuevos,
lo sujete de los hombros para que comprendiera la profundidad de mis palabras.
- Si papi!! Me dijo
y corrió de nuevo a jugar con barro.
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