miércoles, 4 de enero de 2012

Paco Azcoitia 4 - Iván

LA LAPIDA

Una máxima de Moliere tallada en mármol:

   “La muerte es el remedio de todos los males;
                                       Pero no debemos echar mano de este hasta última hora”.


EL PERSONAJE PASA A SER PACO

   Pocos números hay tan cabrones como el 1977, recuerdo ese año por varios motivos, me he cuidado mucho de torear la tristeza con capote de parodia, desprecio al triste casi tanto como al peor de mis tres, pero en esos interminables meses me caló en el alma la pena.
El año anterior había rescindido mi contrato con el Sabadell y encajé como pude la prematura jubilación de gladiador mediático; Me sobraba tiempo para pensar y pensé en lo jodido que estaba el viejo, en su relación con la morfina, en umbrales de dolor y en la monocromía apagada de lo eminente.    
El día en el que los paseantes de la concha, vieron por primera vez, “El peine del viento”, moría mi padre, aquello fue un 16 de septiembre.

CHILLIDA

    “Mi escultura el peine del viento es la solución a una ecuación que en lugar de números tiene elementos: el mar, el viento, los acantilados, el horizonte y la luz. Las formas de acero se mezclan con las fuerzas y los aspectos de la naturaleza, dialogan con ellos; son preguntas y afirmaciones. Quizás están ahí para simbolizar a los vascos y su país, situado entre dos extremos, el punto en el que acaban los Pirineos y empieza el océano”.

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