Tengo miedo. No. Estoy aterrada. Creo que hay
alguien ahí fuera. Me ha parecido oírle rascar la puerta. Por favor, por favor,
seguro que son imaginaciones mías. Estoy paralizada.
Me muero de sueño, pero en cuanto cierro los
ojos y apago la luz... no puedo soportar el miedo. Tengo las mantas hasta el
cuello ¡como si me pudieran proteger del ataque de un monstruo! ¿pero porque
pienso eso?...
Seguro que hay alguien rondando en casa, hoy
cuando llegué, me di cuenta que había olvidado cerrar con llave. Entonces pudo
entrar y esconderse todo el día esperando la noche... en cuanto me metí en la
cama oí cerrarse una puerta. Me asusté y encendí la luz, quedé a la escucha y
no oí nada más. Volví a intentar dormirme, pero entonces oí los crujidos...
Joder, son imaginaciones mías.
Me voy a armar de valor y voy a salir de la
cama. No creo que salga una mano de debajo y me coja un pie. Si me atrevo
miraré antes... no me atrevo. ¿Por qué no tengo ni un maldito palo cerca? Una,
dos y tres.... allá voy.
Tengo que tranquilizarme, me va a dar una
taquicardia. No hay nada ni nadie bajo la cama. Tengo un ataque de pánico.
Vamos a trazar un plan. Salgo de la cama, voy al pasillo, antes de todo,
encender la luz, caminaré pegada a la pared, llegaré a la cocina y beberé un
vaso de agua, y así comprobaré que no hay nada ni nadie ahí fuera que me vaya a
matar. Espera. ¿me ha parecido oir un ruido de pasos? No, no puede ser. Vamos!
Joder, joder, no he podido. Se me ha caído el
vaso de agua al creer oir un ruido detrás de mí y se ha roto. He vuelto
corriendo a la cama y me he golpeado una pierna con la mesita del salón. No
puedo más, sólo quiero que llegue el día. Voy a sentarme en la cama, atrancaré
la puerta con una silla, cogeré un libro y leeré hasta quedar dormida con la
luz encendida, así tendré la mente ocupada y no imaginaré tonterías... pero
esos ruidos, son tan raros. Al menos pude coger un cuchillo de la cocina.....
El forense encontró el cuerpo en una postura
apacible, pero la cara presentaba un rictus aterrorizado... Su visión erizaba
los pelos de la nuca. El libro abierto sobre la cama, la luz encendida, una
silla en medio de la habitación, y el cuchillo clavado en el estómago. Habrá
que determinar si es suicidio o asesinato. No hay notas... sólo un vaso de agua
en la mesilla de noche, intacto.
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