Semblanza Guille
No es difícil para
mi imaginar a Guille de mayor.
Delgado al extremo
un poco encorvado pero es inevitable. Lo mas pulcro imposible nada dejado al
azar pero solo con lo imprescindible.
Zapatillas de tela
que en un tiempo fueron blancas. Pantalón recto
con algún remiendo discreto. Su rebequita de lana obscura fina abotonada
con bolsillos en los cuales lleva un viejo pañuelo de tela, que aparte del
servicio, refresca la memoria con viejos recuerdos de amor . Un tornillo, algo
que meterse en la boca, tal vez un palito de árbol, a modo de cigarro, la llave
de casa, pero no la de la puerta principal, la del trastero que es en donde
deja las llaves de casa escondidas, a fuerza de perderlas y quedarse fuera . Afeitado y perfumado con
unas gafas perfectamente arregladas con un trozo de celo colgando al cuello y
siempre la mirada en el horizonte. El mate al hombro aunque ya no se lo
permitan. Paseando por el campo mientras espera que este lista la comida, he
imaginando por donde podar algún árbol olvidado Tal vez ya haya aprendido a
adivinar el clima por el vuelo de los pájaros y la forma de las nubes.
Un poco osada tal
ves mi anticipación de los hechos, pero para mi Guillermo es un hombre fuera del
tiempo, así nació, así creció y así murió. Un poco chapado a la antigua en
donde dar la palabra era más importante que el dinero y el que dirán. De mirada
y corazón noble. En donde pone el ojo, pone la vida para siempre. Fiel a sus amigos y a su mujer,
que aunque no la lleve al altar, él ya se ha casado desde el primer momento con
ella. Todo requiere de mucho tiempo, como el vino, claro. Paciencia es su
definición de la vida. Le gusta observar como de los pequeñas cosas nacen los
grandes sueños y no se desvela por ver el final, ya llegará si llega y si no,
alguien estará allí para apreciarlo.
Un eterno romántico
soñador tan amante de la soledad como de la excelente compañía. No espera menos
de la vida. Por eso lleva coleccionando libros de tiempos inmemoriales, no
siempre porque sean buenos o bonitos, algunas veces por algún detalle que les
hacen únicos, una dedicatoria, algún detalle escondido entre sus páginas que le
evocan viajes mágicos y reveladores.
Exuberante en la
mente y minimalista en la vida diaria. Y aunque los quehaceres de la casa no
son lo suyo , brilla como una galaxia entera cuando escribe y recita, el mayor
placer para los que le apreciamos, es permitirnos oír de sus labios los bellos
versos que nacen de su corazón. Cumple
40 años pero da igual, como si fueran 10 o como si fueran 1.000.
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