jueves, 25 de abril de 2013

Apareció en un barco - Pau

Guille apareció en un barco,
todo el mundo lo sabe.
Ya era poeta y ajedrecista;
poeta de raíz, ajedrecista de semilla.
Su semilla Schaffer

se paseó por las trincheras de Francia
en la Gran Guerra
y acabó floreciendo en el paisito, Uruguay.
Su rostro de líneas rectas, sueño de un caricaturista,
lo define: recto y cabal, suave y bueno.
Escribe poesía esencial
de palabras perfumadas
dichas en su idioma,
nuestro idioma,
el de la poesía.
No he visto a nadie
tratar los libros con más devoción,
delicadeza y amor que Guille,
su Vallejo, su Zagajewsky,
acariciados por sus manos.
Últimamente se ha afiliado
al gremio de los leñadores poetas;
ahí está su flamante motosierra
preparada para días
de combate y gloria obrera.
Estas algunas pinceladas toscas
del retrato de Guille,
enorme persona,
mi amigo.

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