lunes, 13 de mayo de 2013

Un edificio gris - Guillermo


Un edificio gris, achaparrado, de sólo treinta y cuatro plantas

El único sobreviviente hasta el momento de la gran expansión urbanístico-financiera de la ciudad. El crecimiento metropolitano se ha visto multiplicado en el pasado siglo casi en veinte veces. Ni el ritmo de la urbanización, tres veces menor, ni el crecimiento demográfico, seis veces más lento, pueden acompañar estas cifras. La Metrópolis se ha extendido sin control por el mundo entero. Nos hemos propuesto cambiar el orden tradicional de las ciudades. Algo que considerábamos ruidoso, sucio, caótico, lo transformamos en un nuevo orden homogéneo y disciplinado. Hemos cambiado el viejo automóvil por naves a propulsión nuclear. Dejamos atrás la era del petróleo, para pasar a la construcción de nuevas plantas de energías propulsoras, pero no sabemos todavía a ciencia cierta el impacto ambiental que esto conlleva.
Este nuevo territorio alterado y artificializado está repleto de lo que algunos han denominado el NoLugar, es decir: centros comerciales, gasolineras, aeropuertos, espacios urbanos sin identidad. Un nuevo territorio donde impera LoUrbano, pero que es la NoCiudad. Donde predomina el anonimato y la incomunicación.
Mañana derriban al Achaparrado. Pondrán otro Banco.

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