lunes, 13 de mayo de 2013

GUILLE DENTRO DE 30 AÑOS! - Romanie

Pronuncié su nombre en alto a medida que me acercaba pero no levantó la mirada del libro. Por un momento dudé de mi vista que ya me había hecho alguna jugarreta antes!. Le toqué el hombro y giró la cabeza. Me encontré con Guille
. En sus ojos aun se encontraba. Era él sin duda. El cuerpo algo más consumido, aunque elegante y con buen porte a pesar de ir bastante más encorvado. Se había convertido en un Don Quijote con la barba gris bién recortada. Empezamos a hablar. Le dejé hablar a él. Quería escuchar de su boca las palabras en primera persona de cómo llegó a instalarse aquí en Florencia. Aun hablaba lento y con precisión, creo que algo más alto que antes. Seguro que eso era por la sordera.
Mientras enlazaba un hecho con otro, su vida en Moscú, el retiro a la cabaña de madera en los Kárpatos, la publicación del libro, el cambio, etc, su preciosa pipa de madera sujetada por su mano iba siguiendo sus gestos, aun no llegó a vevársela a la boca. La copa de cognac esperaba ser saboreada solo durante la parte más sabrosa de sus historias.
Mientras escuchaba, me vino a la cabeza uno de esos pensamientos fugaces y claros que conseguí reconocer. Al observarlo, me daba cuenta de que en esencia no cambiamos tanto. Las experiéncias que vivimos nos desarrollan a cada uno de una manera , pero en el fondo los hábitos, detalles o manías que nos forman nos suelen acompañar toda la vida. Me gustó reconocer las suyas y sentir su familiaridad. Esos treinta años con escaso contacto no lo habían convertido en un extraño.

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