martes, 6 de agosto de 2013

El tocapelotas - Cristina

Ya anunciaba maneras nada más nacer. El parto fue horroroso como siempre recordó su madre, 12 horas de dolor que acabaron con cesárea y sacando al condenado con fórcex.
Los primeros meses no paraba de berrear, el llanto era el hilo musical las 24h. del día. Darle de mamar siempre fue traumático pero el infierno vendría con la aparición de los primeros dientes. Agarraba el pezón con tanta fuerza que un día lo desgarró. Su madre acabó en urgencias. Nadie lo decía pero todos pensaban lo mismo, este niño esta maldito.
A los 8 años los cadáveres se amontonaban en su cuarto. Cualquier animalito vivo que pasará cerca de él acababa cortado en pedazos dentro de una caja. Le gustaba mostrar sus trofeos e imponer el miedo a los otros niños si no seguían sus reglas.

Durante su adolescencia se centró en tener aterrorizados a todos los vecinos del barrio, entre hurtos, amenazas, palizas, etc. A los 15 años acabó en un reformatorio que por supuesto no lo reformó sino que lo reafirmó aún más en su línea hasta que un balón se interpuso en su camino. Un conocido futbolista dio unas clases magistrales en el reformatorio para motivar a los muchachos y resultó que nuestro campeón era todo un crack al respecto.

Salió del reformatorio para convertirse en uno de los futbolistas más admirados de los años 90. La revista Forbes le dedicó una entrevista titulada "Elogio a la mala leche" en su anuario del año 95 como el futbolista más toca-pelotas de todos los tiempos.
Moraleja, si hay que tener mala leche, buscate una virtud.

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