Era lunes, 8 de la mañana y escuchaba esta noticia. 19
bomberos muertos en ARIZONA. No pude contenerme y llore por la perdida a esas
horas intempestivas , se que no les conocía, pero que importa. 19 joyas humanas
dejaban este mundo de una forma heroica y terrible.
Desde hace unos
años, el ver un hidroavión o escuchar la palabra incendio tiene muchas mas
connotaciones para mi. Siempre es un sobre salto, pero ahora me queda el
corazón en un puño hasta que sé que no hay ninguna victima humana. Por suerte y por desgracia tengo entre mi familia y amigos, calidad humana con vocación de servicio,
policías y forestales que están preparados para afrontar y solucionar ,incluso
grandes catástrofes llevando su entrega hasta el borde la vida misma.
La frase CADA DIA
PUEDE SER EL ULTIMO en su caso es mucho mas real y a veces me pregunto si
tienen todos sus asuntos en orden, testamento incluido. Imagino el miedo y la
entrega y siento un escalofrío. Que pasara por sus corazones al estar frente la
muerte, que fuerza les lleva a dedicar su vida al servicio de todos. Imagino
que no es por el dinero, porque ninguno vive en el lujo, mas bien son personas
sencillas y en apariencia felices. No voy a mentir, cuando están cerca, les
observo con fascinación y en silencio, les veo reír y disfrutar de la vida y
siento orgullo de que me permitan compartir parte de la vida con ellos.
Pequeños héroes que no necesitan de capa y que cada noche arrullan sus sueños
con la gratitud de todos.
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